22 septiembre 2006

Volvo C30



Ya está aquí. Lo esperaba con verdadera expectación. Y no es para menos. Desde la década de los 80, con el Volvo 480 SE, la marca sueca no fabricaba en serie un compacto. La presentación oficial ha sido en el Salón Internacional del Automóvil de París, uno de los más importantes tras Detroit y Franckfurt.

Según Volvo, estará a la venta a principios de 2007, con motores de gasolina de 1,6 l. y 100 CV la versión menos potente, y un 2,5 l. con 220 CV para el modelo denomitado T5. En Diesel habrá un 1,6 l de 109 CV y un cinco cilindros de 2,4 l y 180 CV (Volvo lo denomina D5).

Volvo es, sin duda, una de mis marcas favoritas. Por diseño, por calidad, por tecnología y por el "noséqué" que tiene poseer uno de éstos automóviles. Tienen clase y estilo. A riesgo de parecer superficial, siempre he pensado que el coche que cada uno conduce dice mucho de su personalidad. Lo creo a pies juntillas. Ojo, con esto no quiero decir que conducir coches caros sea cuestión de tener clase, para nada. Sólo hay que echar un vistazo alrededor y ver cuánto gañán conduce un Mercedes o un BMW... Pero sí es cierto la poca probabilidad de que un gañán compre un Volvo. Es otra filosofía.


Los precios aún no están publicados oficialmente por Volvo, pero dado el tipo de coche que es, supongo que andará entre baremos de VW Golf y Audi A3. Yo he sido consumidor de VW Golf, he tenido 3, y soy un gran defensor de ellos. Pero ya sabemos lo que pasa con ciertos modelos como el Golf, el A3 o el BMW Compact: son carne de tuning. No creo que esto vaya a pasar con el C30. Nunca he visto un Volvo o un Saab (otra de mis marcas favoritas) tuenado con alerones, faldones bajos y pintura "fantasía".

Quiero uno.